Alejandro Sanz vuelve a la carga, y durante una fiesta celebrada en Miami, ha manifestado que muchos venezolanos están padeciendo la “dictadura" de Hugo Chávez

J. M. Álvarez
Hace tiempo que Alejandro Sanz se sumó a la inmunda campaña mediática que presenta a Hugo Chávez como un dictador camuflado, que censura y cierra emisoras como Radio Caracas Televisión (RCTV), aunque reamente se limitara a no renovarle la licencia a un canal que llevaba a cabo una constante apología del golpismo. Chávez está en el poder, gracias a varias consultas electorales reconocidas por organismos internacionales. Si en una ocasión perdió el Gobierno, fue a causa de un golpe de estado organizado por una oposición a la que nuestro “andaluz universal”, defiende a capa y espada ¿Quizás esos golpistas no fueron dictadores, a cara descubierta, durante varias horas?.
El fascismo odia a Hugo Chávez por tratar de impartir justicia ayudando, con mejor o peor fortuna, a los desposeídos, alfabetizándolos, facilitándoles viviendas dignas y servicios médicos. Para lograrlo, necesita que la riqueza del país se reparta entre todos los ciudadanos y no sólo entre unos pocos tocados por la diosa fortuna, como ocurría desde hace más de 100 años. Esos son los que, después del fracasado golpe de estado, se refugiaron en Miami, junto a los terroristas cubanos que conspiran contra La Habana.
Por cuestiones de intereses, Miami es también la residencia habitual del cantante español, y cuando se elige vivir en el paraíso de las Mafias fascistas que lo controlan todo- incluido el negocio de la música- es necesario hacer declaraciones que suenen bien en los oídos de quienes procuran réditos comerciales. Por esa razón, Alejandro Sanz ha vuelto a la carga, y durante una fiesta celebrada en esa ciudad, ha manifestado que muchos venezolanos están padeciendo la “dictadura" de Hugo Chávez. Para que no haya dudas sobre la intencionalidad perversa de sus declaraciones, las efectuó mientras celebraba, a bombo y platillo, su nueva candidatura al premio Grammy Latino.
Para vergüenza de Andalucía, este sujeto, a imagen y semejanza de la decadente y nauseabunda prensa española, se ha convertido en un pequeño manipulador endiosado. Sólo hay que recordar cómo se inventó y después difundió, -a través de sus cauces propagandísticos- la historia de que le habían prohibido actuar en Venezuela cuando, en una clara acción provocadora contra el Gobierno de ese país, comenzó a vender entradas para un concierto que iba a celebrar en Caracas, sin tener autorización para interpretarlo en un recinto público de la capital venezolana.
En realidad lo único que quiere este moderno señorito andaluz, es dinero y más dinero, y para lograrlo la herramienta ideal se llama capitalismo y más capitalismo. Por eso, mientras se declara partidario de la difusión masiva de la música, incluye en sus discos una protección para impedir que puedan ser copiados. No importa que inmigrantes, fundamentalmente africanos, tengan problemas en "robarle" sus canciones para comer caliente. Tampoco importa que el copyright persiga a las humildes orquestas que cantan- por cuatro duros- temas de artistas que lo tienen todo. Lo importante es que, ese copyright ayude a mantener yates, mansiones, y prostitutas de lujo.
Si Alejandro Sanz- el gran ladino musiquero, devenido en político de opereta- y su amigo Miguel Bosé (otro progre socialdemócrata-liberal) están contra la censura, las torturas y las dictaduras encubiertas, no deberían pisar nunca, ni el suelo español ni el de Estados Unidos.
Fuente: J.M. Álvarez en Kaos en la Red >>
 
 
 
1 comentario:
¿Eres siempre así de ignorante o te estás haciendo el gracioso?
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