Diego Gualda escribió:
"Las mujeres son como las computadoras", afirma el célebre investigador afrogermano Hans Von Neuenburg en su libro "Del software al hardware, el proceso de excitación informática". Y sin caer en la antigua lista de comparaciones, que ya ha circulado mucho por la red, este sabio contemporáneo se atreve a proclamar que algunas mujeres se parecen mucho ciertas máquinas que supimos conseguir:
La mujer Commodore 64
En una época estuvo buenísima, pero ya no sirve ni para repuestos.
La mujer Sinclair Spectrum
Quizás nos traiga algún tierno recuerdo de la infancia, pero ya no la queremos ni tocar.
La mujer Server
Hace tantas cosas al mismo tiempo que, en algún momento, deja de darnos pelota.
La mujer Powerbook
Compacta, elegante, versátil... ¡Pero carísima!
La mujer Vaio
Lo admitimos, está buenísima. Pero le falta mucho para ser una Powerbook.
La mujer Palm
Te la metés en el bolsillo sin ningún esfuerzo, pero no hace todo lo que quisieras que haga.
La mujer IBM
Pura marca, pura facha, pero en el fondo es igual a todas las demás.
La mujer Clon
No es la mejor de todas, pero tiene todo lo que necesitamos y, con un pequeño ajuste de tanto en tanto, puede sernos fiel durante años. Porque, como diría Inodoro Pereyra, "uno se deslumbra con la mujer linda, se asombra con la inteligente... y se queda con la que le da pelota".
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